Con una mirada aguda, Liza Camilo indaga en el arte danzario, revelando la belleza y el sacrificio inherentes a esta disciplina. En el marco de la 28va edición del Festival Internacional de Ballet de La Habana, su obra presenta una metaforización de la musa Terpsícore, donde el color juega un papel fundamental en la percepción y la experiencia visual.
La obra de Camilo explora la convergencia de la perfección y la resiliencia, contrastando la imagen de una ciudad desgastada y nostálgica con la belleza seductora de una bailarina que danza a pesar de su contexto. Las composiciones se caracterizan por el uso de escorzos, poses tensas y un contrapunteo cromático que evoca la herencia pictórica, creando imágenes que revelan la expresión de un lenguaje que surge del alma.
