El brillo, la transparencia y la actitud toman el control de la noche. tejidos como tul y lentejuelas son los reyes sin dejar a un lado la comodidad del rayón, que se transforma para, con su caída, regalarnos piezas de ensueño. La noche se apodera de nuestra vida y dejamos atrás la simplicidad de lo cotidiano. Pasamos de lo sobrio al éxtasis.