Una pieza bajo los moldes del teatro griego que eleva a la categoría de tragedia un tema cubano: el mundo de las prostitutas y la figura del chulo a través de Alberto Yarini Ponce de León. Esta es la base de la obra, que utiliza la historia real como punto de partida, a la vez que elabora elementos de nuestra cultura popular y recrea los dioses del panteón yoruba.
Dirigida por Rolando Boet González junto al Teatro Universitario de La Habana, una de las agrupaciones más antiguas de Cuba y posiblemente de América Latina, fundada el 20 de mayo de 1941.